Por la mañana, sus majestades visitaron las residencias de mayores y la sede de la asociación Jabalcón
Ni el frío, que fue intenso, ni la lluvia, que amenazó durante todo el día, pudieron con la ilusión y la alegría en la tarde noche más emocionante del año en nuestra ciudad. La visita de los Reyes Magos terminó siendo un acontecimiento multitudinario y un colofón extraordinario para una programación navideña municipal que ha obtenido una muy buena respuesta de participación y presencia de vecinos en la mayoría de los actos propuestos.
Con puntualidad, a las cinco de la tarde, la Cabalgata de Reyes 2024 iniciaba su trayecto desde las inmediaciones del colegio Divino Maestro. Diez carrozas, varios grupos de baile de distintos estilos que animaron durante toda la tarde al público, dos charangas, más de cincuenta personajes infantiles y algunos reclamos más abrieron paso a sus majestades de Oriente que no dejaron de lanzar caramelos a los miles de personas que se apostaron en las calles por las que circuló la Cabalgata. Más de tonelada y media de dulces se repartieron entre pequeños y mayores. Una comitiva controlada en todo momento por la Policía Local, por Policía Nacional y, sobre todo, por los voluntarios de la agrupación de Protección Civil y por los miembros de CyD, con suficiente experiencia ya para que todo salga a la perfección. El gran temor de la jornada, la lluvia, hizo acto de presencia en el momento justo en que echaba a andar la Cabalgata, aunque apenas duró unos minutos para marcharse definitivamente.
Aunque las previsiones de lluvia bajaban conforme pasaba el tiempo, las temperaturas eran muy bajas y el viento acrecentaba la sensación de frío. Ante estas circunstancias, la organización municipal decidió reducir el recorrido y se anunció por redes sociales. Tras pasar por la calle Enrique Enríquez, la Cabalgata bajó por la calle Casicas hasta la avenida José de Mora, donde se continuó en dirección al centro. La medida recibió pronto el beneplácito de las personas apostadas en las calles, ya que, además del frío, la extensión de la Cabalgata estaba provocando un ritmo algo lento para cumplir las previsiones. El paso por José de Mora fue tranquilo y pausado, de modo que los grupos de baile, que habían preparado sus actuaciones desde hace meses, pudieron lucirse y mostrar su buen trabajo. Fue entonces cuando la organización decidió anular de nuevo otro tramo del recorrido para que la llegada de los Reyes a la Plaza Mayor pudiera ajustarse al horario establecido. Al llegar a Plaza de San Francisco, la Cabalgata subió directamente por Alamillos para acabar disolviéndose en Caños Dorados. Allí descendieron de sus carrozas los niños y los Reyes, que bajaron a pie por Alhóndiga hasta el gran espectáculo preparado en las puertas del Museo.
Sobre el escenario habían iniciado un concierto con canciones infantiles de Disney las hermanas Laura y Andrea Manzano, con el que se animó la espera de sus majestades. Melchor, Gaspar y Baltasar subieron al balcón y desde allí saludaron a todos y anunciaron su presencia en la ciudad. A continuación se proyectó sobre una de las fachadas de la plaza un original videomapping que gustó mucho al público y que contenía imágenes de la ciudad y de nuestros principales reclamos culturales. Los Reyes se situaron en sus tronos sobre el escenario y fueron recibiendo, uno a uno, a todos los niños que quisieron saludarlos y recordarles el contenido de sus cartas. Finalmente se marcharon con sus pajes para la gran labor a la que habían venido…
Antes de la Cabalgata, sus majestades tuvieron una ajetreada mañana en la ciudad. Acompañados por el alcalde, Pedro J. Ramos, y por varios concejales, así como por voluntarios de Protección Civil, visitaron las residencias de mayores del municipio y la sede de la asociación Jabalcón. A los usuarios de estos centros les dejaron algunos regalos y les animaron el encuentro con sus mensajes e incluso cantando algunos villancicos. Para terminar, el Ayuntamiento les entregó un recuerdo para que pudieran reponer fuerzas de cara a la dura tarde-noche que les esperaba.