Todo está preparado ya para que comience una nueva campaña, la novena, de excavaciones en el yacimiento paleontológico plioceno Baza 1, ubicado en la Cuesta del Francés, junto a la famosa “Falla de Baza”, que fue descubierto en mayo de 1996. La intención del equipo de científicos era comenzar a trabajar el lunes 29 de septiembre, pero las inclemencias meteorológicas obligan a retrasar ese inicio; aunque hay que esperar a ver la evolución de la lluvia, es muy posible que el miércoles 1 de octubre ya se esté excavando sobre el terreno de este yacimiento datado en una antigüedad de 4,5 millones de años. Si es posible, incluso, el martes 30 de septiembre ya estarán en marcha.
La novena campaña de excavaciones vuelve a estar financiada, como todas, por el Ayuntamiento de Baza, en el marco del Proyecto General de Investigación para el estudio del Plioceno de la Cuenca de Baza, autorizado por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, cuyos responsables son Antoni Canals, el bastetano Sergio Ros-Montoya, y Bienvenido Martínez-Navarro.
En la presente campaña van a participar un total de 25 personas entre estudiantes y equipo científico, que está compuesto por investigadores procedentes de la Universidad de Málaga, Universidad de Córdoba ICREA, IPHES, Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Cork (Irlanda), Universidad de Pisa (Italia) y Museo de Jerez de la Frontera, y que integra 4 geólogos, 1 geofísica, 7 paleontólogos (especialistas en la génesis de yacimientos llamada tafonomía, y en la sistemática de mamíferos, reptiles y otros microvertebrados), y 1 arqueólogo especialista en la aplicación de técnicas de documentación (cartografía, fotogrametría, procesamiento de datos, etc.), conjuntamente con 13 estudiantes, procedentes de las universidades de Málaga, Rovira i Virgili, Oberta de Catalunya, Pisa y Florencia.
Los yacimientos pliocenos son poco abundantes en Europa. Es por ello que la localidad paleontológica de Baza es tan importante para conocer este periodo de la historia de la Tierra. La cantidad y calidad de los fósiles que allí se encuentran muestran un registro único en nuestro continente. En este contexto, el objetivo del proyecto de investigación en la presente campaña es ampliar el corte de excavación en los niveles superiores, que están demostrando ser muy ricos en restos de proboscídeos y ver qué profundidad tienen los estratos fértiles. Asimismo, en colaboración con las autoridades locales y la sociedad civil, se está intentando convertir este yacimiento en una localidad de referencia científica a nivel europeo, con el objetivo de musealizarlo in situ para que sea visitable por el gran público en los años venideros. Con seguridad, se convertirá en una de las joyas del GEOPARQUE de Granada.
Hasta la actualidad, se han excavado ya más de 50 metros cuadrados de este yacimiento, en los que han aparecido varios niveles fértiles en fósiles, entre los que abundan los restos de macrovertebrados. Los trabajos han extraído ya más de 3.000 registros fósiles, correspondientes a una fauna muy diversa, entre la que destacan especialmente dos especies de elefantes primitivos, mastodontes, Mammut borsoni y Anancus arvernensis, conjuntamente con otros taxones como rinocerontes, caballos primitivos con tres dedos llamados hipariones (de los que hay dos especies, una grande y otra pequeña), cerdos de pequeño tamaño, varias especies de rumiantes que presentan apéndices frontales (bóvidos y cérvidos), un gran carnívoro correspondiente al oso gigante llamado Agriotherium, otros carnívoros pequeños aún por determinar, conjuntamente con 16 especies de pequeños mamíferos (que incluyen roedores de origen africano, como el llamado Paraethomys baeticus, que fue descrito en este yacimiento, conejos y musarañas), aves, reptiles (entre los que destaca la abundancia de tortugas), anfibios y peces, además de restos vegetales. Además, a este registro tan importante de fósiles hay que añadir la presencia de los últimos cocodrilos del continente europeo. Estos animales son los reptiles más grandes que siguen poblando el planeta y su presencia indica, por sí misma, que el yacimiento de Baza se formó en unas condiciones de clima tropical/subtropical, pues estos animales son de sangre fría, los llamados ectotermos, es decir que no regulan internamente su temperatura y necesitan de fuentes calóricas externas para funcionar. Por ello, sólo pueden sobrevivir en climas tropicales, como sucede actualmente en todas les especies de cocodrilos y afines.
Todos estos datos convierten la localidad paleontológica Baza en una de las más importantes del Plioceno de Europa que, con seguridad, ayudará a entender qué pasó en la Península Ibérica tras la famosa crisis de salinidad del Mesiniense, hace entre 6 y 5,3 millones de años, cuando el Mediterráneo estaba cerrado y convertido en un lago casi desecado, hasta que se abrió el estrecho de Gibraltar, volviéndose a rellenar de agua generando una geografía similar a la actual.