El reloj de la Mayor que durante un cuarto de siglo marcó los ritmos de la ciudad tiene desde hoy un espacio en el Museo
El reloj que desde 1980 a 2005 estuvo funcionando en la torre de la Mayor de Baza se ha rehabilitado y se encuentra en perfecto funcionamiento a disposición de todo el que quiera visitarlo en el Museo Arqueológico Municipal, acompañado de una interesante cronología que ayuda a entender la importancia que históricamente han tenido los relojes marcando el ritmo de vida de las poblaciones en las que se encuentran. La maquinaria, que según todos los indicios data del año 1900, ha sido totalmente restaurada para hacer posible su funcionamiento, aunque también se ha querido mantener el sabor antiguo que corresponde a la pieza.
El nuevo elemento museístico y todo el proceso seguido para llegar hasta hoy han sido presentados esta mañana en el Auditorio del Museo en un acto en el que el alcalde de la ciudad, Manolo Gavilán, y las concejalas de Gobernación y de Cultura, Yolanda Fernández y Maribel Cano, han acompañado al cronista de la ciudad, Ricardo Cañabate, al trabajador municipal del área de electricidad que ha impulsado todo el proceso “poniendo trabajo pero sobre todo cariño”, Miguel Ángel Franco (conocido por todos como Curro), y al artesano relojero encargado tanto de la reparación y puesta a punto del reloj como de la elaboración de las nuevas piezas que hacen posible su funcionamiento, Emilio Aracil.
No ha faltado en todo este proceso una elaborada investigación histórica en la que se ha analizado el recorrido del reloj de la Mayor desde sus primeros orígenes. Se ha tomado como referencia la fecha de 1759 por ser al año en el que se instalaron las dos campanas de la torre. El paso del tiempo y los nuevos avances conducen hasta la actualidad, con un reloj totalmente automatizado que cumple la función que tuviera el ahora rehabilitado hasta 2005, año en el que dejó de funcionar.
En todo el proceso de puesta en valor de esta parte del patrimonio bastetano no han faltado anécdotas, como la de contactar con este artesano relojero del que después se descubrió que tenía una estrecha relación con Baza, por ser su mujer y la familia de ella originarios de esta ciudad.
El reloj y sus piezas originales se han completado con algunas que se han tenido que hacer a mano artesanalmente por no encontrarse ya en el mercado. El resultado es un atractivo recurso museístico más que ya está a disposición de bastetanos y visitantes que quieran deleitarse con su elaborado sistema de funcionamiento. “Desde el Ayuntamiento seguimos apostando por la puesta en valor de nuestro patrimonio para el disfrute de todos porque creemos firmemente en la importancia que eso tiene”, ha asegurado el alcalde, quien ha invitado a visitar el Museo para conocer de cerca ese reloj que forma parte de la historia bastetana.