El Cascamorras Infantil tampoco ha podido llevarse a la Virgen de la Piedad. En este caso se lo han impedido cientos de niños y niñas que, acompañados por sus padres, madres y abuelos han salido al paso del personaje multicolor que, un año más, ha encarnado el Cascamorras de Honor, un entregado Jesús Samaniego. En vez de pintura negra, los instrumentos de defensa frente al visitante en este 5 de septiembre han sido confetis, pañoletas y, sobre todo, mucha alegría, emoción y hasta un cierto “repelús” al ver acercarse al célebre personaje con su cachiporra dulce. El Cascamorras Infantil volvió a congregar a varios miles de personas en el Plaza de las Eras, donde la gran mayoría pudo pintarse las tradicionales manos en la mejilla, brazos, piernas y otras partes visibles del cuerpo. Samaniego, acompañado por los miembros de la Asociación Multicultural Cascamorras Baza, llegó a la plaza y desde el primer momento no dejó de atar cintas a su bandera de la Virgen de la Piedad. Subieron después hasta San Antón, desde donde partió la carrera tras el tercer cohete a eso de las 20:30 horas. A partir de ahí, el itinerario acostumbrado, con varias juras de bandera, enseñando a los más pequeños todos los secretos de esta Fiesta de Interés Turístico Internacional. Tras pasar por la Plaza Mayor, la comitiva llegó a la Merced y el Cascamorras se postró ante la Piedad, dando por finalizado este preámbulo de lo que vendrá este sábado 6 de septiembre.