La idea es que estos animales consideren esta zona como “no segura” y se marchen
Los problemas de suciedad y de deterioro que vienen sufriendo, principalmente, las calles del centro y los tejados de las viviendas a causa de la excesiva proliferación de palomas en nuestra ciudad, podrían tener los días contados. Después de llevar a cabo varias actuaciones previas para acabar con estos animales, las concejalías de Gobernación y de Mantenimiento del Ayuntamiento han puesto el asunto en manos de un cetrero, experto en control de fauna, que con tres halcones y una decena de jaulas trampa trabaja ya en acabar con las molestas palomas. La intención de este profesional, que suele realizar su labor en aeropuertos y bases militares, es que las palomas se acaben concienciando de que el caserío de Baza no es una zona segura para ellas ni para establecer aquí sus nidos y prefieran marcharse en busca de otros espacios. Paralelamente, se van a instalar en distintos puntos del municipio una serie de jaulas en las que primero se cebarán durante unos días y luego se irán capturando para su eliminación. La labor no es fácil y requiere de mucha paciencia, pero Miguel, el cetrero, asegura que es un método efectivo “cien por cien”.
Durante sesenta días, el cetrero realizará vuelos alternativos de marcaje en distintos puntos de la ciudad con sus halcones, en concreto con una hembra de halcón peregrino y una híbrida de gerifalte y sacre. Al emprender su vuelo, las palomas del entorno se ahuyentan y desaparecen del lugar, se asustan ante la presencia de un depredador que puede acabar con ellas. El objetivo es que las palomas de esa zona consideren que están en peligro, que no aniden por aquí y que se acaben marchando. Al mismo tiempo se han preparado diez jaulas trampa en las que deberán quedar apresadas las palomas. Para ello, durante unos días se les dará comida dentro de esas jaulas hasta llegar un momento en que el mecanismo de este instrumento las acabará reteniendo en su interior. Las jaulas se colocarán en los pisos altos de determinadas viviendas en las que estos animales suelen acudir para descansar, para anidar o simplemente para evadirse del frío. En este sentido, se ha contado con la colaboración de algunos propietarios que han dado su permiso. La intención es que estas actuaciones se lleven a cabo de nuevo dentro de seis o siete meses para profundizar aún más en la erradicación de las palomas. Según las primeras estimaciones, podrían recogerse cada semana entre 100 y 150 ejemplares.
“Aunque parezca mentira, la existencia de tantas palomas es uno de los graves problemas que nos hemos encontrado al llegar al gobierno municipal”, reconoce la concejala de Gobernación, Mª Carmen Sánchez, “sobre todo por el daño que ocasionan en los tejados y las fachadas y por la suciedad que extienden por las calles”. “Creemos que con esta medida vamos a acabar con un alto porcentaje de estos animales, aunque quizás tengamos que seguir realizando la tarea en fases posteriores. De cualquier forma es importante dirigirse a los propietarios de las viviendas donde suelen anidar estas palomas para que cierren las ventanas o pongan sobre ellas un material que impida el acceso para que no puedan anidar ni alimentarse allí… debe ser una tarea de todos acabar con esta plaga”.