Este lunes 23 de enero se han iniciado los trabajos de demolición del edificio en estructura frente a los juzgados
Es una actuación que se prevé que se prolongue durante los tres primeros días de la semana y que afectará a la circulación de vehículos por esa zona. La carretera de Granada estará cortada desde el Hostal Caché y los coches que suban por la Corredera seguirán rectos hasta la calle de los Dolores. Los que quieran ir para la carretera de Benamaurel tendrán que hacer un giro en la calle San Lázaro. En el otro sentido, la carretera de Granada estará cortada a la altura de los juzgados y dejará acceso a las cocheras tanto para entrada como para salida de residentes. Estas medidas estarán vigentes durante el horario de los trabajos de demolición.
Dadas las pésimas condiciones en las que se encuentra la estructura, resultaba más caro reacondicionarla para que cumpla la normativa de edificabilidad que demolerla. Una vez demolida, existían dos opciones: construir una nueva estructura desde cero o la opción por la que ha optado el Ayuntamiento de Baza desde el primer momento, que es la poner en valor el entorno y generar un espacio abierto para disfrute del mismo por parte de la ciudadanía, dar mayor realce al equipamiento del Teatro Dengra y, al mismo tiempo, mejorar la entrada a Baza desde la carretera de Granada, que desde hace tres décadas presenta esa imagen de una estructura sin finalizar.
Esta opción por la que se ha apostado tiene como fin generar un colchón de espacios libres que incluya zonas ajardinadas, bancos, aparcamientos y una mayor visibilidad del edificio del Teatro Dengra, dotando a la ciudad de una entrada digna. Lo importante es que, de esta forma, “ganamos todos”, destaca el alcalde bastetano, Manolo Gavilán, quien insiste en ese edificio en estructura “estaba condenado a mantenerse tal cual estaba o a hundirse y, una vez hundido, levantar otro o hacer lo que ha hecho el Ayuntamiento, que es generar un gran espacio libre”.
La licencia para este edificio se concedió al propietario en 1992 y, como no avanzaba, éste solicitó una prórroga en 1995. Seguía sin hacerse la obra, así que se decretó la caducidad en 2003, una década después. Surgió la opción de adquirirlo por parte del Ayuntamiento a un precio muy asequible, dada su dimensión y ubicación, a fin de que sea para disfrute de toda la ciudad, y eso es lo que se hizo. Tras la adquisición de esta estructura, actualmente fuera de la normativa y por tanto inviable como edificio para viviendas, se acordó que la opción más idónea era su demolición, porque resultaba más caro reacondicionarla para adaptarla a la normativa. “El solar, no obstante, no pierde sus derechos en su uso como parcela para viviendas si fuera necesario en un futuro, aunque lo que se plantea ahora es ganar ese terreno como espacio al aire libre”, añade Gavilán.