Se ha descubierto la placa en recuerdo de Diego Florentín, que fue campanero de La Mayor durante cerca de 60 años y que se implicó en recuperar el campanario y campanas del templo.
Una de sus nietas, Ana Alonso Florentín de 13 años, y el alcalde de Baza, Pedro Fernández, han descubierto la placa de denominación de la calle “Pasaje Diego Florentín” y que a partir de ahora indicará el tramo de vía donde está ubicada la torre campanario del templo Nuestra Señora María de la Encarnación y que da acceso a la plaza del Arco de la Magdalena desde la Plaza Mayor.
El alcalde de Baza ha calificado el acto como “de justicia y recuerdo de una persona que se dedicó al cuidado de las campanas, que se empeñó en completar el campanario hasta conseguir cubrir 15 de los 16 vanos de la torre y que se dedicó a anunciar a través de las campanas los eventos importantes para la ciudad”.
Las hijas, Ana María y Gloria Florentín Martínez, han agradecido al Ayuntamiento de Baza el reconocimiento a la labor de su padre. En el acto estaban, además, de los hermanos de Diego Florentín, Serafina y Julio.
Diego Florentín fue campanero de la Colegiata Nuestra Señora Santa María de la Encarnación de Baza más de seis décadas, desempeñando la función de tañerlas para anunciar a la población de los eventos que acontecían en La Mayor y fuera de esta, tales como celebraciones o efemérides importantes para la ciudad. Entre sus logros está el de haber recuperado las campanas de la torre del templo, consiguiendo que poco a poco se completaran la práctica totalidad de los vanos de los dos niveles de la misma, hasta alcanzar las 15 campanas existentes en la actualidad.
Palabras de los familiares de Diego Florentín.
Hoy es un día importante y de gratitud para la familia Florentín Martínez. El destino ha querido que la dedicatoria de este Pasaje a nuestro padre, coincida con el décimo aniversario de su fallecimiento, que se cumple este próximo lunes, 23 de abril.
Diez años y seguimos recordándole, no sólo su familia y amigos, sino mucha gente que, incluso, no llegó a tener la suerte de conocerle. Y si aún hoy evocamos su nombre, es porque ha trascendido el amor que siempre tuvo por el pueblo que lo vio nacer y su trabajo desinteresado durante más de sesenta años por recuperar el campanario y las campanas de la Iglesia Mayor.
Que el pueblo de Baza, a través de sus representantes municipales, dedique este Pasaje, al pie de la Torre, que tantos años recorrió en sus idas y venidas, hace justicia a nuestro padre y a muchas personas que le ayudaron a cubrir los huecos del campanil.
Su hija Gloria y sus nietos César y Samuel, dicen que la Torre de la Mayor tiene algo mágico, no sólo en sus campanas, también en su escalera de caracol, sus descansillos, el reloj y sus pesas, las vistas de la Ciudad… Algo que nos gustaría que todos los bastetanos y visitantes pudieran conocer y disfrutar. Ojalá que algún día sea posible que se abra al público como una oferta cultural y turística; como también deseamos que se recuperen muchos de los toques y el alegre volteo de las campanas. Nada haría más feliz a Diego “el Campanero”.
Reiteramos nuestro profundo agradecimiento al Ayuntamiento de Baza por su receptividad y por el cariño que nos ha transmitido y por dejar un testimonio de memoria perenne de la figura de nuestro padre. Como también agradecemos la presencia de todas las personas que nos acompañan en este acto. Muchas gracias.