El concejal de Agricultura invita a los concejales de la corporación a que se informen bien de los asuntos municipales antes de intentar provocar alarma e inquietud en redes sociales
La tala del cedro y de la palmera que había en la puerta principal del Conservatorio Profesional de Música “José Salinas” de nuestra ciudad era necesaria, fue solicitada por los responsables del centro y ha contado en todo momento con los informes favorables de los técnicos del Ayuntamiento de Baza y con el apoyo de los trabajadores municipales. Intentar aprovecharse de esta actuación para arremeter contra la administración pública solo puede responder a una lamentable y voluntaria falta de información o a la mala fe.
El pasado 6 de julio, el director del Conservatorio, Manuel Gómez, se dirigía a la concejalía de Urbanismo solicitando que “nos sea autorizada la eliminación de un pino-abeto y una palmera situados a escasos metros de la fachada, así como la colaboración de la Concejalía de Jardines para la sustracción de los mismos, aportando nuestro centro los elementos necesarios de los que el Ayuntamiento no dispusiese”. Explica el director del centro en ese documento que esta petición se realiza “de acuerdo con el informe presentado por la arquitecta Mónica Mª Funes”, responsable de los trabajos de reforma y mejora, entre ellos la dotación de accesibilidad (rampa exterior), que se van a realizar en el edificio que acoge el Conservatorio. Un día después, en base a este escrito, el Arquitecto Técnico Municipal del Ayuntamiento emite un informe en el que explica que se trata de un ejemplar de Cedrus Deorada y de una palmera washingtonia situados “muy cerca del edificio del conservatorio” y que, según el informe de la arquitecta de la intervención, “provocan daños a la cimentación del inmueble además de afectar a la conservación y mantenimiento del mismo por filtraciones de agua, así como que también existe riesgo de caída de ramas”. El técnico municipal argumenta que estos árboles “se encuentran en buen estado de conservación. No obstante, el porte que han adquirido a lo largo de estos años puede provocar daños en cimentaciones, afectar al desagüe de cubiertas por la caída de acículas a la par que presentan un riesgo de desprendimiento de ramas ante fuertes rachas de viento”. Tras detallar una serie de normativas, el funcionario concluye que “las especies vegetales arriba citadas no se encuentran afectadas por ninguna figura de protección”. Finalmente, el informe dice que “se informa favorablemente la tala de los árboles arriba descritos, con la advertencia de que deberán adoptarse las medidas de seguridad necesarias tanto para los trabajadores como para los viandantes y vía pública”. El 11 de julio se concede finalmente la autorización al Conservatorio para la tala de estos árboles y se les facilita desde el Ayuntamiento la intervención de los jardineros e incluso de un vehículo del cuerpo de bomberos para acceder a las partes más altas. A finales de mes se lleva a cabo la actuación.
El concejal de Agricultura, Antonio Peña, ha manifestado su extrañeza por las críticas que esta intervención ha causado en redes sociales, especialmente tras conocer la identidad de algunas personas que han participado en ellas. Ante esta circunstancia, el concejal se dirige públicamente a los miembros de la corporación municipal para que se informen bien de los asuntos que tienen que ver con el Ayuntamiento antes de intentar crear alarmas y polémicas absurdas e infundadas. “Si quieren alguna explicación sobre alguna actuación municipal saben cuáles son los mecanismos para informarse e incluso para tener los documentos oficiales que respaldan la labor del equipo de gobierno”, indica Peña. Por último, el concejal no entiende cómo se pueden mostrar tantas reticencias y tan rápido por dos árboles mientras el anterior equipo de gobierno había preparado la eliminación de decenas de árboles para construir un carril bici y ninguna de estas personas ha manifestado aún su contrariedad.