Artículo del concejal de Medio Ambiente, Juan Francisco Valero
LA PERRERA MUNICIPAL DE BAZA SE CONVIERTE EN EFECTO LLAMADA DONDE LLEGAN LOS ANIMALES ABANDONADOS DE MULTITUD DE LUGARES FINGIENDO QUE SON DE BAZA.
No es ningún secreto que en Baza una de las problemáticas existentes, tal como ocurre en el resto de municipios, es el problema del abandono animal, mayormente perros y gatos. Anualmente se publican los datos de abandono a nivel nacional y estos datos ponen de manifiesto que aún queda mucho trabajo por hacer y un largo camino por recorrer.
Centrándonos en nuestro municipio, es un hecho que los datos de animales que han pasado por las instalaciones municipales (que no abandonados por Bastetanos) ha aumentado exponencialmente en los últimos años, pasando de una media de 120 animales al año a 500 animales al año. Ante esta situación tanto el equipo de gobierno como todos los trabajadores que han desempeñado su trabajo en la perrera municipal siempre han puesto el mejor empeño en hacer la estancia de los animales de la manera más digna posible, teniendo siempre en cuenta los medios de que se disponen. En este contexto es de destacar la labor de las voluntarias que han procurado realizar las gestiones necesarias para las adopciones de los animales, como también de profesionales veterinarios que han colaborado de manera desinteresada con el ayuntamiento para ayudar a supervisar la salud de dichos animales.
Desde el Equipo de Gobierno hemos realizado anualmente mejoras en las instalaciones municipales, conscientes de que aun hay que seguir mejorándolas, pero que han supuesto una mejoría en la calidad de vida de los animales durante su estancia en la perrera. Además,nunca hemos puesto una fecha límite a dicha estancia para procurar que todos los animales tengan una oportunidad de ser adoptados y en ningún caso se ha tenido que recurrir al sacrificio, conscientes de que esta medida es esencial para una gestión ética y responsable de los animales. Por último señalar que los trabajadores municipales siempre han estado dispuestos a realizar todas aquellas horas extraordinarias que han sido necesarias para llevar a cabo este trabajo que requiere disponibilidad total 24 horas al día durante los 7 días de la semana y donde no hay festivos, no solo para la recogida de animales abandonados, sino también para facilitar el transporte posterior a los animales que normalmente se realizan con empresas autorizadas para tal fin pero que suelen realizar los transportes por la noche, lo que ha requerido que haya que personarse allí en horario nocturno.
Entrando a analizar el aumento del número de animales que pasan por la perrera municipal, he de manifestar mi descontento, puesto que no me parece real, este crecimiento exponencial ha coincidido en el tiempo con dos factores que pueden ser determinantes. Por un lado la eliminación del servicio de recogida de animales que la Diputación de Granada prestaba a los municipios menores de 5000 habitantes y en segundo lugarel levantamiento de las restricciones del estado de alarma durante la pandemia, en las que se permitía pasear por la vía pública para sacar a pasear los animales de compañía.
Además, hay otros factores que indican que gran parte de estos animales no proceden de Baza, la casuística de los dos últimos años donde multitud de personas de distintas procedencias acuden a la perrera afirmando que venían de paso por Baza y han encontrado un animal abandonado, los propios testimonios de la Policía Local que tienen indicios de que estos animales son traídos a Baza desde otros lugares, y por último a evidencia de que todas las sanciones por abandono que se han tramitado en Baza en el año 2022, gracias a las cámaras de seguridad existentes en la propia perrera, han sido por abandonos de personas de los municipios de alrededor, personas que no teniendo otra solución en su Municipio, abandonaron al animal en la puerta de la perrera.
Todo esto, hace pensar que la perrera municipal de Baza está en el foco de atención y ha generado un “efecto llamada” tanto para personas que quieren desprenderse de su animal y en su municipio no tiene solución, como para aquellas personas que ayudan a gestionar los animales abandonados de otros lugares y recurren aquí porque conocen que en la perrera de Baza el animal va a tener una oportunidad, lo cual concuerda ya que es de conocimiento de todos que en la perrera los animales se tratan de la mejor manera posible y nunca se recurre al sacrificio como en otros lugares.
Desde mi punto de vista, hay que ser realista y es fácil comprender que con los medios municipales no podemos atender a los animales abandonados de toda la comarca e incluso de las provincias limítrofes. Este año el gasto veterinario a ascendido de 5 a 20 mil Euros con lo cual el gasto total del servicio ha ascendido a cerca de 100 mil Euros, y además como entenderá el lector, la atención no puede ser la misma si en un momento determinado tenemos 10 animales o si tenemos 60 animales.
Este problema ha sido puesto de manifiesto en la Mancomunidad de Municipios en varias ocasiones, sin que se haya tomado ningún interés por el actual órgano de Gobierno de la misma. Igualmente se ha puesto en conocimiento de las Asociaciones colaboradoras, sin que a día de hoy esta tendencia haya cambiado.
Por último, destacar que también es preciso revisar con detalle los protocolos y requisitos de adopción de los animales que pasan por la perrera, analizando así qué funciona bien y qué no, mejorarlos y corregirlos en caso de que sea necesario, para de esta manera garantizar la eficacia y legalidad del proceso y facilitar la adopción al mayor número de personas posible, garantizando siempre el bienestar animal. Para ello, siempre dispuestos a dialogar con aquellas asociaciones interesadas en colaborar.
En mi opinión, nuestro Ayuntamiento lleva años realizando un gran esfuerzo económico y humano que muy pocos Ayuntamientos están realizando y esto ha provocado que multitud de animales sean traídos a Baza para ser abandonados o intentar meterlos directamente en la perrera fingiendo que proceden de nuestro Municipio y me parece totalmente desafortunado que como consecuencia de ello, determinados colectivos intenten ofrecer una imagen negativa de Baza, de insensibilidad con los animales, de tendencia al maltrato o al abandono.