Miembros de la corporación municipal, trabajadores municipales y ciudadanía en general se han dado cita este lunes a las doce del mediodía en la Plaza Mayor de Baza para reivindicar la libertad y el derecho a la vida de las mujeres y condenar los crímenes machistas. Una convocatoria motivada por el asesinato de Lorena Requena en Granada. Ha sido el modo de manifestar el más absoluto rechazo y condena frente a este asesinato por violencia de género y de trasladar desde Baza las condolencias y apoyo a su familia. En el acto se ha reivindicado la necesidad de cambiar el foco en estos casos. “Ojalá llegue el día en que pongamos el foco en el asesino, se le nombre y se le señale”.
Este doloroso suceso, unido al sufrimiento de miles de mujeres que soportan cada día la violencia machista, lleva al Ayuntamiento de Baza a confirmar la necesidad de seguir trabajando en la lucha contra la violencia de género. Así lo ha manifestado la concejala de Bienestar Social e Igualdad, Mariana Palma, en la intervención previa al minuto de silencio. “El asesinato de Lorena Requena presuntamente a manos de su ex pareja ha sido el último episodio de una larga cadena de crímenes machistas, que siempre tienen idénticos protagonistas: el asesino es un hombre y la víctima una mujer. El nombre de Lorena se una al de las otras 37 mujeres asesinadas en Granada desde 2003, año en el que comenzaron los registros oficiales bajo los parámetros actuales”.
Aunque los números a veces ocultan los rostros, cruzar los datos también sirve en ocasiones de ayuda a las administraciones para legislar y elaborar protocolos. “Rostros como el de la también granadina Ana Orantes marcaron un antes y un después, organizando, sin saberlo, la campaña mejor orquestada contra la violencia de género. En 1997 se convirtió en una de las primeras mujeres en denunciar su calvario. Su valentía, o más bien la cobardía de su exmarido, le costó la vida. La quemó viva tras contar en Canal Sur lo que estaba sufriendo”, ha recordado la concejala.
Sin olvidar que en la violencia de género hay otras víctimas que continúan con vida, los hijos e hijas que quedan huérfanos. “Aunque la violencia vicaria supone un problema sobre el que cada vez existe más concienciación, como se demostró con las pequeñas Anna y Olivia en Tenerife o con Ruth y José en Córdoba, no fue hasta 2013 cuando comenzó a introducirse también como una forma de violencia machista”.
El acto ha finalizado con un minuto de silencio en señal de respeto hacia Lorena, sus hijas y familia, también víctimas de este trágico suceso; y como símbolo de rechazo hacia los crimines machistas que se cobran la vida de miles de mujeres.