Anele Onyekwere pudo asistir, desde su casa en Los Ángeles, a la entrega del Premio Dama de Baza a la Cultura
A punto de cumplir 52 años de su resurrección, la Dama de Baza ha vuelto a recibir el homenaje que cada año le ofrecen los bastetanos, descendientes orgullosos de aquellos íbero que la crearon, le dieron sentido y la guardaron bajo la tierra para siempre. Todos los actos previstos en la programación de la Semana de la Dama 2023 se han celebrado con normalidad, especialmente acompañados por numeroso público en la jornada más popular del sábado y en la cremación del domingo.
El Dengra acogió el 14 de julio la entrega del Premio Internacional de Poesía “Dama de Baza”, que ha sido para la poeta ecuatoriana Siomara España. En el acto se entregaron también los galardones a los finalistas y se pudo disfrutar de una breve intervención musical. El sábado, 15 de julio, la Alameda se convirtió en el centro de la fiesta con la instalación en ella del campamento íbero y del tradicional mercado. A la caída del sol partió desde allí el desfile que cada año organiza y protagoniza la Asociación Íbera por la Dama de Baza, que este año estuvo acompañada por “compañeros” de otras zonas de España como Linares, Cartagena o Castellar. La Dama paseó por las calles del centro urbano para regresar de nuevo al punto de origen donde continuó la fiesta con un concierto de los bastetanos “Rose & The Blac Thorns”. Y el domingo, 16 de julio, en el claustro de Santo Domingo, los padres de Anele Onyekwere recogían la réplica de la Dama de Baza que simbolizaba el Premio Dama de Baza a la Cultura que la corporación municipal había concedido, por unanimidad, a su hijo. El reconocido y premiado editor musical de Marvel volvió a dejar patente su “bastitanismo” y lo hizo en persona, ya que permaneció en línea durante todo el acto. El alcalde, Pedro J. Ramos, le felicitó y le puso como ejemplo de esfuerzo y tesón para todos los vecinos de la ciudad. Eva Romo y Antonio Capote cerraron con una pincelada de su buen arte una sesión breve pero emocionante. La programación prevista se cerró en el parking del CIYA con la tradicional cremación de la Dama, que volvió a ser sobrecogedora, y, finalmente, en un restaurante cercano con la cena íbera.